Descripción
Partiendo del cerdo ibérico campeado, alimentado a base de hierbas naturales y cereales, son estos recursos los que la naturaleza le aportan la personalidad a este producto de importante calidad.
Y este es el grandioso resultado, la armonía entre el dulce y el salado, alternancia entre perseverancia y suavidad, aromas propios del campo y todo ello enmarcado en una textura untuosa que se deshace para satisfacer todo nuestro paladar.
El sabor, el aroma y la jugosidad de la carne dependen en gran medida del porcentaje racial de los animales. Suele ser más intenso en aquellas piezas que proceden de un ibérico cien por cien. No obstante, el jamón ibérico 50% de cebo aporta la calidad del proceso artesanal de su curación y la suavidad que le otorga la mezcla racial.
El jamón ibérico de cebo cuenta, así, con todas las virtudes propias del cerdo ibérico, pero con un sabor más suave. Su textura se aprecia untuosa, por lo que es habitual que se deshaga en la boca al degustarlo. Una armonía en el sabor entre dulce y salado, donde es posible apreciar los aromas del campo.
De hecho, el cerdo ibérico de cebo ha sido criado en libertad. Una forma de crianza que le permite realizar largos recorridos por el campo en busca de las hierbas y plantas más sabrosas. Así, el animal obtiene los nutrientes precisos para cumplir con sus necesidades energéticas y, sobre todo, para desarrollar el proceso de engorde. Los paseos por la dehesa permiten que el cerdo desarrolle su musculatura y, además, le facilita la infiltración de la grasa en la fibra muscular.
Piezas de 8kg a 8.5 kg
Tiempo mínimo de curación; 24 meses
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